En relación con las felicitaciones navideñas, una vez adoptada la decisión del
formato, hay que seleccionar correctamente la lista de destinatarios. Pero es aquí en dónde
hay que hacer una reflexión importante. La lista de destinatarios no puede ser
reducida. Al contrario.
Pero también es importante meditar
muy seriamente acerca del contenido de la felicitación. No podemos hacer un
diseño muy coloquial ni excesivamente infantil, pero tampoco podemos realizar
una maquetación que se aleje por completo de la filosofía de nuestra entidad.
La decisión más acertada es buscar el equilibrio entre la sobreiedad, la
economía, el sentido común y el esppíritu de nuestra ONG. Todo lo que se aleje
de estos cuatro pilares no tendrá sentido ni carecerá de lógica. Será,
sencillamente, una manera burda de llamar la atención.
Resulta frecuente comprobar cómo hay
entidades que cometen gravísimos errores. En reiteradas ocasiones, por
desconocimiento no envían felicitación a ciertas personalidades del panorama
autonómico o nacional. Gravísimo error. Incluso no se llegan a enviar ninguna
en un evidente afan usurero quer no conduce a ningún lugar. Las entidades sin
ánimo de lucro, lógicamente, tienen que vigilar bien su estado económico; pero
una cosa es eso, y otra muy diferente evidenciar unas demostraciones de ahorro
desmesurado que no conducen a ningún buen puerto, salvo al de una imagen de la
marca devaluada y decrépita. Pongamos un ejemplo práctico: el Presidente de una
asociación de enfermos cuya naturaleza es exclusivamente autonómica. (De sobra
es conocido por todos que hay entidades sin ánimo de lucro cuya naturaleza es
nacional y otras, por el contrario, autonómica). En este caso, a este
señor, y en aplicación del Real Decreto 2099/1983, de 4 de agosto, por el que
se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, yo le
recomendaría que felicitara las Navidades a:
- Sus Majestades los Reyes
- Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias
- Presidente del Gobierno
- Presidente del Congreso
- Presidente del Senado
- Presidente del Tribunal Constitucional
- Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribual Supremo
- Presidente de la Comunidad Autónoma
- Vicepresidenta del Gobierno
- Ministra de Sanidad. Servicios Sociales e Igualdad
- Presidente de la Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma
- Delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma
- Alcalde de la ciudad
- Representante Institucional de las Fuerzas Armadas en la Región o Zona
- Consejeros de Gobierno de la Comunidad Autónoma (a todos)
- Miembros de la Mesa de la Asamblea Legislativa de la Comunidad Autónoma ( a todos)
- Presidente y Fiscal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma
- Diputados y Senadores electos.
- Presidente de la Diputación Provincial, Mancomunidad o Cabildo Insular (si lo hubiere)
- Subdelegado del Gobierno (si lo hubiere)
- Rector-es de la Universidad-es
- Presidente de la Audiencia Provincial
- Delegado de Defensa
- Jefes de los Sectores Naval y Aéreo
- Comandante Militar de la plaza
- Representantes consulares extranjeros
A partir de este listado, lo lógico
sería enviar felicitación a las principales entidades que aparecen reflejadas en
la Agenda de la Comunicación de referencia. ¿Por qué? Como regla general,
en todos los portales de las comunidades autónomas suele publicarse una Guia de
la Comunicación de la comunidad en cuestión, en la que aparecen los datos de
los principales organismos oficiales de la comunidad distribuidos por
diferentes sectores y/o materias: los organismos de la propia comunidad
autónoma; los medios de comunicación; el parlamento autónomico: los órganos
auxiliares de la comunidad autónoma; la Administración Periferica del Estado;
mancomunidades y ayuntamientos: organizaciones políticas, sindicales y
empresariales, administraciones judicial, militar y religiosa; puertos y
navegación (si lo hubiere); educación; cultura; sanidad; empleo y formación;
naturaleza; deportes; asociaciones y colegios profesionales. ¡Una excelente
base de datos!
Como se observa, tenemos un
amplísimo abanico de contactos, amen de los que habitualmente manejemos en
nuestro circulo diario, sin salir siquiera de nuestra propia comunidad autónoma
para dar visibilidad a nuestra entidad. Pero esto siempre tenemos que hacerlo
bajo el mismo paraguas: el del sentido común. Si hemos decido enviar la
invitación digital, tengamos en cuenta también varias cuestiones fundamentales
a su vez:
Por un lado, resulta imprescindible
respetar la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de
Carácter Personal. Por tanto, es un delito realizar un multi envio con todas
las direcciones visibles. Las direcciones siempre deben ir ocultas. Son
reiteradas las ocasiones que recibimos correos oficiales con direcciones
visibles. Un grave error que se comete incluso desde dentro de la
Administración. Hace pocos días incluso me llegó un correo desde una
Subdelegación de Gobierno en el que aparecían visibles todas las direcciones eletrónicas de otros tantos destinatarios.
Una situación rocambolesca, cuando menos.
Por otro lado, es importante que la
felicitación esté en poder del destinatario antes del día 23 de diciembre. El
día 24 no es un día hábil en la Administración. Es muy probable que incluso el
propio dia 23 algunos funcionarios ya se tomen unos días de vacaciones, aunque
no suele ser lo habitual en las Secretarias de Despacho ni en la atención a
Altos Cargos. Pero el protocolo nos pide que hagamos las cosas bien. Una buena
manera de hacerla, es que la felicitación esté en destino, a ser posible, los dias anterior a el
día 22 de diciembre.
Si por el contario la ONG tuviera
una naturaleza nacional, la lista engordaría, naturalmente. En ese caso,
yo le recomendaría que, además de sus propios contactos, autonómicos y a los
comunes con la lista anterior, yo le añadiría, los siguientes:
- Todos los Miembros del Gobierno de la Nación.
- Todos los Delegados del Gobierno en las diferentes Comunidades Autónomas.
- Los alcaldes de aquellos municipios superiores a 50.000 habitantes.
- El Cuerpo Diplomático acreditado en Madrid
Toda esta información se puede
encontrar en la Agenda de la Comunicación del Palacio de La Moncloa, que se
puede consultar libremente a través de la web: http://www.lamoncloa.gob.es/home.htm
Dado que la lista de envío es
numerosa, mi recomendación es que la felicitación navideña se envié en formato
digital. Se puede realizar un diseño sobrio, natural, alejado de cualquier
acción barroca y, lógicamente, mucho más económico que si decidimos enviar las
felicitaciones a través de correo postal. No obstante, sea cual sea la
opción escogida lo importante es el envio; es decir, nuestra visibilidad exterior.
Todo dependerá de nuestro presupuesto; mejor dicho, del de nuestra asociación.
A modo de resumen, podemos afirmar
con rotundidad que no cometemos ninguna falta de respeto ni de consideración
por enviar a Sus Altezas Reales Los Principes de Asturias, al Presidente de
nuestra Comunidad Autónoma o al Alcalde de nuestra ciudad una felicitación
digital. Por el contrario, sería una descortesía no hacerlo. Pero, cuidado si hemos de recortar
envios, mi recomendación es que lo hagamos por instituciones ajenas a nuestra
entidad, y nunca por entidades similares o vinculadas a la nuestra, ni mucho
menos de comunidad autónoma. Volviendo al ejemplo anterior, si la presidenta de
la asociación de enfermos tiene que recortar invitaciones, es preferible que
deje de enviar felicitaciones a los Presidentes del Tribunal Constitucional y
del Consejo General del Poder Judicial y del Tribual Supremo, antes que obviar
a la propia Ministra de Sanidad. Servicios Sociales e Igualdad o al Consejero de Salud de nuestra Comunidad Autonoma..
Algunos de vosotros, estoy seguro
que os preguntaréis qué sentido tiene enviar una felicitación navideña a determinadas
autoridades del panoráma nacional. Se trata exclusivamente de dos conceptos
totalmente entrelazados: por un lado, un gesto de cortesía protocolaria que le
da a la ONG de referencia una visibilidad notable ante determinados estamentos
de la Administración General del Estado que de otro modo no tendría. Es una
forma encubierta de hacer publicidad a un precio realmente económico a la vez
que cuidamos las relaciones institucionales de nuestra entidad, algo de lo que
hablaré más adelanté en este mismo blog.
En resumen, hay que utilizar el
sentido común y valorar bien el presupuesto antes de tomar decisiones. Es
totalmente correcto enviar una felicitación digital a la Casa Real, a un
Ministerio, a una Embajada o a un Alcalde. Lo incorrecto es lo contrario. Las
felicitaciones navideñas hay que enviarlas siempre. Es una forma simple y
económica de comunicación, algo imprescindible en un mundo tan competitivo y
tecnológico como el actual.
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