Los
imprevistos son acontecimientos que surgen de manera inesperada y que la
sociedad y, por tanto, el individuo
tiene que estar preparado para reaccionar. Lamentablemente, en muchas ocasiones
no se está preparado debido precisamente a la propia imprevisibilidad.
En
el mundo de la comunicación, del periodismo y del protocolo los imprevistos son
mucho más frecuentes de los que el común de los mortales creemos. Pero ahí está
el profesional de la Comunicación y del protocolo para gestionarlo con la mayor
discreción posible para que la imagen exterior quede totalmente inalterable o,
al menos, se altere, solamente lo necesario. Cualquier Administración Pública,
sea una Alta Institución del Estado, la Administración General del Estado, la Autonómica
o la Local tienen herramientas y recursos suficientes para gestionarla y
controlarla con celeridad. De igual modo sucede en el mundo de la empresa,
máxime si ésta es una gran empresa.
Sin
embargo, si el imprevisto sucede en el seno de una ONG debemos ser cuidadosos y
obrar con cautela porque los recursos y las herramientas para actuar no son tan
amplias. Por eso es aconsejable dejar que sea el propio director de
comunicación de la entidad quién marque la estrategia a seguir, las grandes
lineas directrices. Ello, lógicamente, consensuado con la junta directiva. Pero
es fundamental que sea él quien ostente la dirección estratégica del imprevisto
de tal forma que cualquier derivación que asunto pueda tomar, el propio
profesional pueda reconducir la situación por el camino que considere más
apropiado para la entidad.
Los
directivos deben permanecer en un segundo plano, pendientes de las noticias que
él les dará, y de las pautas y recomendaciones que él les pondrá sobre la mesa.
Cómo
es obvio ninguna entidad sin ánimo de lucro puede tener prestablecido un
protocolo de actuación ante imprevistos. Pero sí es evidente que hay que estar
preparados para reaccionar ante contingencias inesperadas y, sobre todo, algo
imprescindible en cualquier colectividad, coordinados. La coordinación es
fundamental. Es la clave del éxito del cualquier proyecto, de cualquier evento, de cualquier situación. No me cansaré de repetirlo.
Pongamos
un ejemplo. Se derrumba la sede de una asociación laboral. Además de la evacuación
de posibles heridos, lo cierto es que la coordinación de esa situación no pasa
por diferentes miembros de la junta directiva, sino que tiene coordinarse con
asertividad, objetividad y racionalidad. Siempre alejados del nerviosismo. El
director de comunicación es el profesional adecuado para coordinar esta
gestión. No sería de sentido común, como ya ha sucedido en otros sucesos
similares, que diferentes miembros de la junta directivas aparecieran haciendo
diferentes y contradictorias versiones del suceso ante los medios de
comunicación.
Dicho
de otra manera, dado que no podemos estar preparados para lo imprevisto, al
menos, dejemos al profesional de la comunicación y el protocolo que sea él quién
coordine la gestión. Sus conocimientos, su experiencia, y sus recursos son, sin
ninguna duda, una gran ayuda. Son la clave del éxito. La marca está en juego
siempre. También en los momentos más difíciles, y la coordinación es
imprescindible especialmente entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario