martes, 28 de enero de 2014

Típico error



Resulta mucho más frecuente de lo habitual observar errores graves que ya son típicos en el día a día de las ONG y en el tejido asociativo en general. 

Dentro de estas entidades hay personas con cargos directivos de responsabilidad que frecuentemente comenten el grave error de no delegar en el quehacer diario. En términos generales, este tipo de tropezones tiene un mismo caldo de cultivo: por un lado, la personalidad del sujeto en cuestión; en general, una personalidad con evidentes signos de desconfianza y con expresión clarividente de ejercicio del control sobre quién tiene a su alrededor; por otro, se trata de sujetos que se consideran imprescindibles en la entidad bien porque la vieron nacer, bien porque por su cargo se creen equivocadamente así, bien porque su personalidad tiene estos rasgos. 

Sea como fuere lo cierto es que esta situación origina verdaderos problemas que llegan incluso a fragmentar el buen funcionamiento de la actividad de la junta de gobierno de la ONG en cuestión. 

Ilustraré esta situación con ejemplo real. Conozco una entidad sin ánimo de lucro, cuya cabeza visible la ostenta actualmente una persona que, con su buena voluntad, está originando un grave problema. Toda la actividad de la su junta de gobierno tiene que pasar por sus manos; esta persona se adelanta a los acontecimientos y cuando se delega un trabajo, la persona que se ocupa se encuentra con el hecho de que una parte del trabajo ya está ejecutado. 

En este aspecto, como en otros muchos de la vida, hay que saber diferenciar: una cosa es la coordinación y otra el control. 

Un gobierno, sea local, autonómico o de la nación, está presidido por un Alcalde o por un Presidente, que son quiénes coordinan la labor de todo su equipo. Pero ellos en ningún momento realizan el trabajo de sus colaboradores. Cada cual tiene sus competencias, y nadie invade competencias ajenas. Se coordinan y suman esfuerzos. Pero nadie se mete en el terreno de nadie. 

Pondremos otro ejemplo gráfico más evidente… y actual. Pongamos que el concejal de obras públicas de un ayuntamiento solicita una reunión con el consejero de fomento de su comunidad autónoma para negociar el tema de la variante de una ciudad. ¿Qué cara se le quedaría al edil de turno si al llegar a la reunión comprobase que su Alcalde ya se ha reunido con el Presidente de la Comunidad a la espalda del concejal, y ha negociado la obra sin tener él ninguna información al respecto? Quedaría, de entrada, como un incompetente. Para seguir, como inepto. Y para terminar, el ayuntamiento en cuestión daría una imagen de descoordinación absoluta. 

Cualquier gobierno, público o privado, debe pasar por los cimientos de la coordinación. Nunca del control. Menos todavía del control de la Presidencia porque ello lo transforma en un gobierno absolutista. La coordinación es importante pero tan importante como la propia coordinación está el hecho de la delegación; un engranaje fundamental en cualquier entidad sin ánimo de lucro.

martes, 21 de enero de 2014

Los imprevistos



Los imprevistos son acontecimientos que surgen de manera inesperada y que la sociedad  y, por tanto, el individuo tiene que estar preparado para reaccionar. Lamentablemente, en muchas ocasiones no se está preparado debido precisamente a la propia imprevisibilidad. 


En el mundo de la comunicación, del periodismo y del protocolo los imprevistos son mucho más frecuentes de los que el común de los mortales creemos. Pero ahí está el profesional de la Comunicación y del protocolo para gestionarlo con la mayor discreción posible para que la imagen exterior quede totalmente inalterable o, al menos, se altere, solamente lo necesario. Cualquier Administración Pública, sea una Alta Institución del Estado, la Administración General del Estado, la Autonómica o la Local tienen herramientas y recursos suficientes para gestionarla y controlarla con celeridad. De igual modo sucede en el mundo de la empresa, máxime si ésta es una gran empresa. 

Sin embargo, si el imprevisto sucede en el seno de una ONG debemos ser cuidadosos y obrar con cautela porque los recursos y las herramientas para actuar no son tan amplias. Por eso es aconsejable dejar que sea el propio director de comunicación de la entidad quién marque la estrategia a seguir, las grandes lineas directrices. Ello, lógicamente, consensuado con la junta directiva. Pero es fundamental que sea él quien ostente la dirección estratégica del imprevisto de tal forma que cualquier derivación que asunto pueda tomar, el propio profesional pueda reconducir la situación por el camino que considere más apropiado para la entidad. 

Los directivos deben permanecer en un segundo plano, pendientes de las noticias que él les dará, y de las pautas y recomendaciones que él les pondrá sobre la mesa. 

Cómo es obvio ninguna entidad sin ánimo de lucro puede tener prestablecido un protocolo de actuación ante imprevistos. Pero sí es evidente que hay que estar preparados para reaccionar ante contingencias inesperadas y, sobre todo, algo imprescindible en cualquier colectividad, coordinados. La coordinación es fundamental. Es la clave del éxito del cualquier proyecto, de cualquier evento, de cualquier situación. No me cansaré de repetirlo.

Pongamos un ejemplo. Se derrumba la sede de una asociación laboral. Además de la evacuación de posibles heridos, lo cierto es que la coordinación de esa situación no pasa por diferentes miembros de la junta directiva, sino que tiene coordinarse con asertividad, objetividad y racionalidad. Siempre alejados del nerviosismo. El director de comunicación es el profesional adecuado para coordinar esta gestión. No sería de sentido común, como ya ha sucedido en otros sucesos similares, que diferentes miembros de la junta directivas aparecieran haciendo diferentes y contradictorias versiones del suceso ante los medios de comunicación. 

Dicho de otra manera, dado que no podemos estar preparados para lo imprevisto, al menos, dejemos al profesional de la comunicación y el protocolo que sea él quién coordine la gestión. Sus conocimientos, su experiencia, y sus recursos son, sin ninguna duda, una gran ayuda. Son la clave del éxito. La marca está en juego siempre. También en los momentos más difíciles, y la coordinación es imprescindible especialmente entonces. 



martes, 14 de enero de 2014

Los medios de comunicación



Las convocatorias de prensa hay que realizarlas siempre que tengamos que anunciar noticias muy importantes o, en su defecto, se vayan a realizar actos que, por su naturaleza, así se exija. Por ejemplo, el acto de entrega de unos galardones a los que asiste el alcalde de la ciudad requiere que convoquemos a los medios de comunicación. Por ejemplo, es preceptivo también que convoquemos a los medios de comunicación cuando llevemos a cabo la rueda de prensa para anunciar la obra ganadora de un premio literario, o cuando inauguremos las nuevas instalaciones nuestra nueva sede social.  Como estos ejemplos podríamos citar muchos más… Pero no podemos convocar a los medios de comunicación sólo por el mero hecho de convocarlos. Siempre hay que convocarlos para anunciar una noticia importante, trascendental, y, sobre todo, anunciada de boca, de una persona relevante dentro del ámbito de nuestra marca y/o de nuestra ciudad o comunidad autónoma. De lo contrario, será suficiente con remitir un comunicado de prensa, asegurando posteriormente, a través de una rueda de llamadas telefónicas que el comunicado se ha recibido correctamente, y ampliando esa información si así lo requiere. 

Cuando se realice una convocatoria de prensa, el profesional de la Comunicación deberá permanecer atento a las convocatorias que han hecho para ese mismo día desde el ayuntamiento de su ciudad, desde su propio gobierno autonómico y demás instituciones de similar rango a fin de evitar la dispersión de los periodistas. Como es lógico, ante dos convocatorias de prensa a la misma hora, una realizada por el Alcalde de nuestra ciudad o por el Presidente de nuestro gobierno regional y la otra por el Presidente de nuestra entidad, los medios cubrirán con más diligencia las convocatorias procedentes de la Casa Consistorial que las nuestras propias. 

De igual modo que tampoco es correcto enviar de forma continuada en el tiempo convocatorias de prensa para anunciar temas banales. Los periodistas se darán cuenta y dejarán de cubrir nuestras noticias, además del desgaste de la marca que ello supone. 

Recuerdo en cierta ocasión una discusión que mantuve con una deportista que organizaba un torneo de pádel. Quería convocar una rueda de prensa para presentar el torneo. Pero ese campeonato deportivo no aportaba ningún valor añadido de interés que asegurase que los medios iban a cubrir la convocatoria de prensa. Desde el primer momento mi recomendación era no hacer la rueda de prensa y sustituirla por una extensa nota de prensa en la que se informara de todos los pormenores del campeonato. Pero ella insistió, y finalmente accedí a convocarle la rueda de prensa. Llegó la hora y no acudió ningún medio; ella se enfadó porque para ella era el acto más importante del día pero no reparó a pensar que a esa misma hora en el mismo municipio había otras 3 convocatorias de prensa, una de ellas en el Ayuntamiento en la que iba a comparecer el propio Alcalde.  Tuvimos que trabajar el doble porque hubo que enviar una nota de prensa posterior muy detallada explicando todos los pormenores del campeonato deportivo. ¿No hubiera resultado más fácil ahorrarnos el esfuerzo que supone la convocatoria de prensa y haber enviado la nota directamente? Resulta evidente que las personas tienen que ver con sus propios ojos lo que los profesionales de la Comunicación anunciamos con antelación. 

También es importante el trato que debemos dispensar a los medios de comunicación.
En este sentido, bien cuando convoquemos una rueda de prensa o bien cuando enviemos un comunicado de prensa debemos hacerlo a todos los medios acreditados en nuestra comunidad, sin excepción de ningún clase. Las discriminaciones no son buenas compañeras de viaje en ningún recorrido menos aún en éste. Si la noticia que queremos transmitir consideramos que puede tener una repercusión nacional, es importante también enviarla a los medios de comunicación nacional aun consciente de que quizás no tenga repercusión. Sin embargo, es importante, como decía anterior, la visibilidad resulta fundamental, y a nivel nacional más todavía.

He visto en reiteradas ocasiones cómo entidades sin ánimo de lucro han enviado comunicados de prensa a éste o aquél medio de comunicación porque conocían a no sé quién o porque tenían un contacto. ¿Y los demás medios?

¿Quién les asegura que en esos medios se van a hacer eco de la noticia? ¿En base a qué argumentos se ha discriminado al resto? Ninguna ONG se encuentra en una situación tan privilegiada cómo para cometer atropellos de ese calibre. A los medios de comunicación hay que tratarlos siempre bajo el rasero del respeto, la libertad, el mimo, y la atención continuada. Todo lo que se salga de esos parámetros se transforma en situaciones muy poco éticas y menos  saludables para las entidades sin ánimo de lucro cuyo peaje terminará pagando antes o después.

Cuando una ONG vaya a convocar una rueda de prensa hay que tener en cuenta diversas consideraciones que no podemos olvidar:
  1. Lógicamente, lo primero que tenemos que tener es disponer de un mensaje suficientemente atractivo e interesante para que transmitir que justifique la presencia de los periodistas.
  2. Tener interlocutores interesantes para participar y directamente implicados con la noticia o acontecimiento a divulgar.
  3. Disponibilidad para hablar con la prensa por parte de los interlocutores, participantes y responsables de la información a transmitir. Es conveniente hacer una simulación con algunas preguntas-respuestas que puedan surgir, sobre todo si el tema es polémico.
  4. Dirigir la invitación a los órganos de comunicación realmente interesantes e interesados en el asunto. Por ejemplo, no será adecuado convocar para el balance de cuentas de una empresa a una revista de consumo femenina.
  5. Dirigir la invitación para la persona adecuada dentro de cada organismo de comunicación social. Es necesario actualizar con cierta periodicidad la base de datos de los medios, ya que a menudo se suceden los cambios de personal y responsables.
  6. Mantener un contacto privilegiado y personalizado con los periodistas. Considerando que la mayoría de los periodistas tienen una agenda muy intensa, es conveniente mantener algún contacto, informando periódicamente sobre asuntos de relevancia.
  7. Preparar un buen dossier de prensa para entregar a los periodistas presentes (con la síntesis de la información a transmitir y los datos pertinentes, así como con imágenes o estudios que puedan ilustrar la noticia; no colocar información inapropiada, con confirmada o sin interés).
  8. Tener en cuenta la fecha de la rueda de prensa (considerar las fechas de cierre de las diferentes ediciones de los periódicos y revistas, así como de otros medios).
  9. Definir cuál es la mejor hora para que la prensa esté presente (sobre todo si la convocatoria de medios incluye a la televisión y, se es así, contemplar la hipótesis de que el periodista pueda hacer algún directo o preparar la noticia para los principales bloques informativos). Lo habitual es que se convoque a los medios por la mañana, de modo que puedan organizar el contenido informativo, aunque este término también depende del tipo de mensaje e información que se maneje.
  10. Tener en consideración la importancia del local donde se organiza la rueda de prensa (local adecuado al tipo de rueda de prensa en términos de imagen, filosofía o valores). Debe ser un local central y de acceso fácil.
En resumen, el profesional de la Comunicación es imprescindible no sólo en el mundo de la empresa y del sector público, sino también de las ONG. Su voz debe ser respetada y tenida en consideración. De su trabajo y de su independencia dependen muchos factores: el share, la propia marca de la entidad, la visibilidad exterior de la misma, la presencia de la propia marca en la red… y otro sinfín de aspectos que nos pueden resultan banales pero son imprescindibles en un momento en el que internet y las redes sociales nos ofrecen una radiografía continua de nuestra marca.

martes, 7 de enero de 2014

Comunicar bien




Saber comunicar implicar un conocimiento exhaustivo de los medios de comunicación, de su actividad diaria, de la profesión periodística, de las redacciones, de los usos y costumbres del mundo del periodismo, y, lógicamente, de una buena planificación. 

El profesional de la Comunicación, que conoce en profundidad a su vez a la ONG –sus objetivos y finalidades-, será capaz de satisfacer con rigor al periodista para fidelizarlo para sucesivas ocasiones. La relación entre ambos debe ser fluida, ágil y continua. Es una prioridad absoluta mantener el contacto permanente con los periodistas con independencia o no de la gestación de noticias. 




Él es el vigía de la marca de la entidad. Es el responsable del buen uso de la misma. Es el community manager y, en época de austeridad como la actual, también velará porque los directivos de la entidad cumplan esta normativa de la marca de la casa. En este aspecto, es imprescindible que todos caminen en la misma dirección. Es la clave del éxito y de la unidad. No es lógico y da una imagen lamentable que los diferentes miembros de una misma Junta directiva utilicen diferentes formas de comunicar, y, lo más grave, se da una imagen exterior de desorden, caos, confusión, y descrédito absolutos que sólo originan confusión y desprestigio de la marca. Algo que el profesional de la Comunicación no puede tolerar. Por desgracia, muchas entidades sin ánimo de lucro se encuentran en esta situación debido a actuaciones improcedentes. 

El profesional de la Comunicación debe estar información de primera mano de cualquier noticia que se geste en el seno de la ONG o que se pueda generar. Él, y sólo él, es el responsable de marcar los tiempos oportunos para dar a conocer esa noticia a la opinión pública. De igual manera, que sólo él también es el responsable de comunicación. Ningún directivo puede comunicar nada a la redacción de ningún medio de comunicación. Ello es responsabilidad exclusiva del profesional de la Comunicación. 

Si la entidad dispone de una publicación periódica, él será también el encargado de su coordinación y de sus contenidos. Bajo su estricta supervisión, se llevará a cabo la publicación de la misma así como la gestión de sus contenidos. Carece de sentido, como he visto frecuentemente, el hecho de que el profesional de la Comunicación no esté informado del contenido una publicación de la ONG en la que él ejerce las funciones de dircom. Esa situación produce un descrédito de la marca y de la propia junta directiva absolutos. En una junta directiva, como en cualquier empresa, cada persona tiene su función, sus competencias. Nadie debe inmiscuirse en el terreno de nadie. Se debe colaborar conjuntamente pero no se puede invadir terrenos ajenos, aunque esta práctica sea muy extendida dentro del tejido asociativo.